Pasaron hace unos días: Navidad, Año nuevo, Día de Reyes. Son ocasiones en las que muchos de nosotros y particularmente; yo. Acostumbro ceder ante el consumismo y dejarme llevar por las ofertas en las tiendas departamentales y de manera estóica resistir los viles embates de los intereses que me cobran las tarjetas de crédito.
Así como disfruto regalando cosas estúpidas a los míos, disfruto recibiendo regalitos. En esta navidad; me dieron un ipod, mi tan anhelado Nokia 5700 (con el que podré sacar buenas fotos y postearlas acá), un sweater, una gorra, una loción, varios juegos para el play, dvd's, en fin... Digamos que me fué bien materialmente hablando.
Pero sin duda, uno de los regalos que he recibido en estas fechas y que mas he apreciado; fué uno que me dieron hace muchos años. De una manera desinteresada, y casi por obligación:
Corría mi primer año en la Secundaria Bilingüe Carlos Darwin, en la ciudad de Irapuato, Gto. Eran épocas pre-navideñas. Las pastorelas y kermeses escolares estaban a la orden del día y esa emoción, no escapó a la atención de los pequeños estudiantes del 1o. "B" de la secu, quienes con afán de cooperar con la tradición materialista de celebrar el nacimiento de un tal Jebus, decidimos organizar un intercambio navideño.
Yo no recuerdo quién fué el desafortunado o desafortunada que tuvo a bien recibir mi regalo, así como supongo que la niña que en esa ocasión tuvo la desdicha de ser mi intercambiante secreta, tampoco se acuerda de mí. Y por azares del destino, nunca compartimos más que ese año de escuela básica. Yo por otro lado, si me acuerdo de ella y me acuerdo aún mas del regalo que me dió.
Para ese entonces, mis conocimientos y gustos musicales se centraban canciones como "Al gato y al ratón" de Banda Machos, "Zombie y Ode to my family" de Cranberries, "All that she wants" de Ace of Base y cosas que pasaban en ese momento en el radio. En resúmen; basura musical comparada con lo que ahora me gusta como "Acid Rain" de Liquid Tension Experiment, "Ants Marching" de Béla Fleck, y cosas por el estilo.
Silvia Guerrero era una pequeña compañera digamos, "fresa" de mi salón. Buena onda y se juntaba con las niñas populares de la escuela, recuerdo que era guapa y que jugaba Tenis. El día del intercambio se acercó a mí, tal y como ordenaba su turno de entregar el regalo. Extendió las manos con una bolsita adornada con papel de china y en su interior había una pequeña caja cuidadosamente envuelta. Yo asentí con agrado fingido (de antemano todos sabíamos que íbamos a recibir cosas intrascendentes) y agradecí con una sonrisa. Después me tocó entregar mi presente y cuando el protocolo por mi parte había concluído, saqué la cajita y la desenvolví.
Era un cassete (en la secundaria, me tocó vivir la transición mundial de cassetes a cd's). Con una portada así:
Así como disfruto regalando cosas estúpidas a los míos, disfruto recibiendo regalitos. En esta navidad; me dieron un ipod, mi tan anhelado Nokia 5700 (con el que podré sacar buenas fotos y postearlas acá), un sweater, una gorra, una loción, varios juegos para el play, dvd's, en fin... Digamos que me fué bien materialmente hablando.
Pero sin duda, uno de los regalos que he recibido en estas fechas y que mas he apreciado; fué uno que me dieron hace muchos años. De una manera desinteresada, y casi por obligación:
Corría mi primer año en la Secundaria Bilingüe Carlos Darwin, en la ciudad de Irapuato, Gto. Eran épocas pre-navideñas. Las pastorelas y kermeses escolares estaban a la orden del día y esa emoción, no escapó a la atención de los pequeños estudiantes del 1o. "B" de la secu, quienes con afán de cooperar con la tradición materialista de celebrar el nacimiento de un tal Jebus, decidimos organizar un intercambio navideño.
Yo no recuerdo quién fué el desafortunado o desafortunada que tuvo a bien recibir mi regalo, así como supongo que la niña que en esa ocasión tuvo la desdicha de ser mi intercambiante secreta, tampoco se acuerda de mí. Y por azares del destino, nunca compartimos más que ese año de escuela básica. Yo por otro lado, si me acuerdo de ella y me acuerdo aún mas del regalo que me dió.
Para ese entonces, mis conocimientos y gustos musicales se centraban canciones como "Al gato y al ratón" de Banda Machos, "Zombie y Ode to my family" de Cranberries, "All that she wants" de Ace of Base y cosas que pasaban en ese momento en el radio. En resúmen; basura musical comparada con lo que ahora me gusta como "Acid Rain" de Liquid Tension Experiment, "Ants Marching" de Béla Fleck, y cosas por el estilo.
Silvia Guerrero era una pequeña compañera digamos, "fresa" de mi salón. Buena onda y se juntaba con las niñas populares de la escuela, recuerdo que era guapa y que jugaba Tenis. El día del intercambio se acercó a mí, tal y como ordenaba su turno de entregar el regalo. Extendió las manos con una bolsita adornada con papel de china y en su interior había una pequeña caja cuidadosamente envuelta. Yo asentí con agrado fingido (de antemano todos sabíamos que íbamos a recibir cosas intrascendentes) y agradecí con una sonrisa. Después me tocó entregar mi presente y cuando el protocolo por mi parte había concluído, saqué la cajita y la desenvolví.
Era un cassete (en la secundaria, me tocó vivir la transición mundial de cassetes a cd's). Con una portada así:
Yo no sabía quién cantaba, ni qué grupo era. Así que cuando llegué a mi casa; lo puse en el estéreo y me perdí completamente. Ahí tenían a un pequeño Ricardito de 12 años, escuchando una y otra, y otra y otra vez el regalo que una niña le hizo en un intercambio navideño casi por obligación.
Por si no lo saben, esa es la portada de uno de los mejores discos de la historia: Pink Floyd, The Dark Side of the moon. Con canciones como Money (que en la actualidad, es una de mis canciones favoritas de toda la vida), Great Gig in the sky, Time... En fin, creo que la idea se entiende.
Si algún día vuelvo a ver a Silvia, seguramente no la reconoceré; y creo que ella a mí tampoco. Pero ella, sin saberlo y sin quererlo, le cambió la vida a una persona con un regalo tal vez insignificante. Al grado que el día de hoy, mi gusto por Pink Floyd contribuyó de manera importante en mi afán por perseguir el sueño rockanrolero de abandonar mi carrera y dedicarme a la música.
Por si no lo saben, esa es la portada de uno de los mejores discos de la historia: Pink Floyd, The Dark Side of the moon. Con canciones como Money (que en la actualidad, es una de mis canciones favoritas de toda la vida), Great Gig in the sky, Time... En fin, creo que la idea se entiende.
Si algún día vuelvo a ver a Silvia, seguramente no la reconoceré; y creo que ella a mí tampoco. Pero ella, sin saberlo y sin quererlo, le cambió la vida a una persona con un regalo tal vez insignificante. Al grado que el día de hoy, mi gusto por Pink Floyd contribuyó de manera importante en mi afán por perseguir el sueño rockanrolero de abandonar mi carrera y dedicarme a la música.
1 comentario:
Pues te fue bien con el disco de Pink Floyd.
A mí en cambio, una vez en 1ero de secundaria, en un intercambio pedí el disco In Utero de Nirvana y me dieron el Vuela Vuela de Magneto, nunca lo olvidaré, que poca madre!
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