¿Hasta qué punto en una empresa, el empresario puede aceptar o rechazar trabajos con el pretexto de que "no le sale"?
Ayer, contraté un jardinero para que se encargara de arreglar mi casa. Me ofrecí a llevarlo y traerlo, ya que el lugar en donde vive se encuentra lejos. Quedamos que hoy, a las 10 estaría yo en su casa para cargar su herramienta y llevarlo a mi casa a que trabajara, ya que su medio de transporte es un triciclo de esos amarillos que acostumbran los jardineros. No sin antes discutir y acordar el precio justo de su servicio.
Hoy a las 10, estaba tocando en su puerta. Después de 3 minutos de estar llamándolo, sale una señora y me dice: "Huy! Se acaba de ir. ¿Para qué lo necesita?" (Uff, le hubiera hablado por teléfono, me dije a mimismo). Le expliqué la situación y me responde: "Pues si quiere esperarlo, no se a qué hora llegue". Para mi buena suerte, llegó a los 5 minutos y acto seguido me dice descaradamente: "No joven! Esque es muy lejos y pus, no me sale el jale".
Yo, como todo buen consumidor furioso dije: "Gracias" con una mirada inquisidora, y me fuí. Todo el camino de regreso, mentando madres y dándome de topes por pendejo, sólo a mí se me ocurre dejar que me vean la cara por amable. Una de las cosas que mas me desesperan de alguien es que tome el tiempo ajeno como propio. Ese empresario de la industria de los jardines, vegetales y hortalizas ha perdido un cliente, pero lo que es peor. Me ha hecho perder el tiempo.
En los tiempos actuales; creo que ante situaciones como esta, lo último que alguien con experiencia en la vida podría hacer es sorprenderse. Pero, créanlo o no; yo todavía me asombro y poco a poco me voy sumiendo en el colectivo, al grado que me asusta que el día de mañana, si alguien rechaza darme un servicio "porque no le sale el jale" después de que yo he cumplido con mi parte del trato, será para mí tan normal como regresar a casa para descubrir que alguien se ha metido en ella y robado las pocas cosas de valor que se tenían dentro.
Pero disfrutaré de mi sorpresa ante estas cosas mientras pueda. Disfrutaré de mi inocencia antes de que el cinismo llegue a remplazarla.
Ayer, contraté un jardinero para que se encargara de arreglar mi casa. Me ofrecí a llevarlo y traerlo, ya que el lugar en donde vive se encuentra lejos. Quedamos que hoy, a las 10 estaría yo en su casa para cargar su herramienta y llevarlo a mi casa a que trabajara, ya que su medio de transporte es un triciclo de esos amarillos que acostumbran los jardineros. No sin antes discutir y acordar el precio justo de su servicio.
Hoy a las 10, estaba tocando en su puerta. Después de 3 minutos de estar llamándolo, sale una señora y me dice: "Huy! Se acaba de ir. ¿Para qué lo necesita?" (Uff, le hubiera hablado por teléfono, me dije a mimismo). Le expliqué la situación y me responde: "Pues si quiere esperarlo, no se a qué hora llegue". Para mi buena suerte, llegó a los 5 minutos y acto seguido me dice descaradamente: "No joven! Esque es muy lejos y pus, no me sale el jale".
Yo, como todo buen consumidor furioso dije: "Gracias" con una mirada inquisidora, y me fuí. Todo el camino de regreso, mentando madres y dándome de topes por pendejo, sólo a mí se me ocurre dejar que me vean la cara por amable. Una de las cosas que mas me desesperan de alguien es que tome el tiempo ajeno como propio. Ese empresario de la industria de los jardines, vegetales y hortalizas ha perdido un cliente, pero lo que es peor. Me ha hecho perder el tiempo.
En los tiempos actuales; creo que ante situaciones como esta, lo último que alguien con experiencia en la vida podría hacer es sorprenderse. Pero, créanlo o no; yo todavía me asombro y poco a poco me voy sumiendo en el colectivo, al grado que me asusta que el día de mañana, si alguien rechaza darme un servicio "porque no le sale el jale" después de que yo he cumplido con mi parte del trato, será para mí tan normal como regresar a casa para descubrir que alguien se ha metido en ella y robado las pocas cosas de valor que se tenían dentro.
Pero disfrutaré de mi sorpresa ante estas cosas mientras pueda. Disfrutaré de mi inocencia antes de que el cinismo llegue a remplazarla.
1 comentario:
pinche gente ridícula ... no le sale nada, ni maís
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